El mundo de las franquicias es para muchos como una caja negra a la que pocos tienen acceso, incluso existe el mito de que este tipo de negocios requieren de enormes inversiones y por eso muchos se cohíben de investigar un poco sobre ellas y sobre las que pudiesen estar al alcance de su bolsillo y de sus conocimientos.
Si eres de esas personas que no temen a los retos y a conocer acerca de nuevas fórmulas para desarrollarte, te encantará leer en las próximas líneas algunas características básicas de toda franquicia, esto seguramente te dotará de herramientas para indagar un poco más hasta ubicar alguna que se parezca lo más posible a lo que te gustaría.
Lo primero que debes sabes es que existen diferentes tipos de franquicias en cuanto al producto o servicio que ofrecen, en cuanto a su modelo y visión de negocio y también al nivel o la forma de inversión inicial necesaria para afiliarte y ser parte del equipo. De hecho podemos encontrarnos con las franquicias en su forma tradicional y con las conocidas como franquicias personales.
La diferencia entre las anteriores normalmente radica en el volumen de la inversión inicial. Pero otro concepto básico que debes tener en mente es que pertenecer a una franquicia no es más que comprar los derechos de distribución y representación de una marca ya establecida, con cierta trayectoria y con una manera de hacer las cosas ya probada y exitosa.
Los que significa lo anterior es que no tendrás que darle forma a tu inversión, sino que has comprado un producto pre elaborado y listo para desarrollarlo según una serie de preceptos que ya alguien pensó y probó previamente. Es el único tipo de negocio en el mundo en que copiar lo que otros han hecho es el secreto del éxito.
Y como funciona así, la mayoría de estos sistemas tienen planificado todo un programa de formación para que aprendas desde el principio como llevarlo a cabo, en el camino podrás consultar sobre las dudas que surjan e incluso contar con la mentoría de la organización para guiarte en cada paso.