El dinero hizo su aparición cuando la humanidad ideó la forma de valorar las cosas para intercambiarlas. No siempre se ha podido comprar con monedas o billetes como se hace hoy en día. En el pasado, el trueque era una manera creativa de poder obtener lo que las personas necesitaban.

Esta idea nació con la necesidad por parte del hombre de poseer ropa y otros artículos que le protegieran del frío. Dichos bienes los conseguía intercambiándolos por comida o herramientas de caza. A pesar de todo, el método fracasa cuando varias personas tienen interés por un mismo producto y no hay equidad en cuanto al valor unitario.

Las primeras monedas reconocidas oficialmente nacieron en Lidia, alrededor del año 680 A. C. Estaban hechas con electrum, una combinación de oro y plata y contaban con un peso de 4,75 gramos. Del mismo modo, para el siglo XVII surgen en Suecia los primeros billetes.

Estos se establecieron al asignarle valor a un trozo de papel, sistema que se ha mantenido hasta nuestros días. Por otro lado, el oro, que es un elemento muy apreciado, también ha jugado un rol importante en la historia del dinero, puesto que fijaba la equivalencia de cualquier divisa hecha con metal.

Las cantidades poseídas definen las relaciones sociales de algunos

Para muchos la riqueza simboliza una fuente infinita de poder y en realidad, es de suma importancia a la hora de mantener el flujo económico que mueve al mundo. Actualmente, el dinero permite el intercambio de los servicios y bienes en las comunidades. Sin embargo, aunque pueda satisfacer ciertas necesidades, solo representa una capacidad adquisitiva.

Lamentablemente, existen quienes ponen lo financiero por encima de las personas o sus sentimientos, y para conseguirlo pueden llegar más allá de la legalidad. De hecho, es muy común que suceda por la relevancia que se le ha dado al tenerlo y no al ser.

No obstante, hay cosas más valiosas que el dinero y esto es algo que muchos no han entendido por dale mayor significado al apilarlo en grandes cantidades, que a su función principal. Finalmente, el uso y el abuso de este son determinados por los valores intrínsecos de cada individuo.