Mucha gente dice que el dinero no hace la felicidad y quizás tienen razón. No obstante, lo cierto es que, sin ser el centro de nuestra existencia, ni rendirle pleitesía, puede convertirse en un instrumento capaz de facilitarnos muchas comodidades. Y estas, indudablemente, nos harían la vida más placentera y agradable.

Por ejemplo, si no tuviéramos ningún tipo de limitación económica dispondríamos de los medios para disfrutar de:

• Salud: ¿Estás pensando que esto no se compra y que hasta los más acaudalados se enferman? Es verdad, pero con abundantes recursos económicos podemos pagar tratamientos caros, consultar a médicos famosos, ingresar a clínicas privadas con mejor atención e instalaciones, hacernos chequeos y análisis, contar con seguro médico, retocarnos con cirugía plástica, etc.
• Calidad de vida: al no tener la preocupación de generar el ingreso periódico disfrutaríamos de libertad para hacer lo que deseáramos con quien nos agrade, viajar, comprar una casa más cómoda, un automóvil último modelo, jugar al golf tres veces por semana, etc. Sin el estrés de ir todos los días al trabajo o de tratar de pensar como pagar las cuentas.
• Educación: optaríamos por las mejores universidades para nuestros hijos. Asistir a conferencias internacionales o tomar cursos especializados. Conseguir los libros que quisiéramos sobre temas profesionales o simplemente de lectura ligera.
• Proporcionar bienestar a otros: si somos generosos pero nos sentimos alcanzados, entendemos de que trata este punto. Imaginemos que pudiéramos comprar decenas de juguetes y repartir a los niños pobres o donar cantidades sustanciales a una causa justa que nos atraiga. Podríamos ayudar a muchos a que también fueran felices.

El dinero no compra amor, ni tampoco la salud, no permite adquirir hijos, amigos, ni familia, no nos transforma en seres más honestos o realizados, ni nos convierte en malas personas. Sencillamente es una herramienta que bien utilizada provee una vida desahogada y sin angustias.

Porque la existencia es corta, solo tenemos un número limitado de años de permanencia en este mundo y es triste que toda nuestro tiempo como adultos lo pasemos luchando por la supervivencia. ¿Sabías que si puedes soñarlo es factible lograrlo? Abre a tu mente a las posibilidades que se pueden obtener con dinero y muy probablemente, conseguirás el vehículo para hacerlo realidad.