Muchos adultos, ciertamente, han perdido el norte de la esencia o razón de ser del dinero. A otros se les dificulta dejar de pensar en él porque saben que sin este elemento no podrán adquirir los artículos para cubrir sus necesidades.
Sin embargo, es importante instituir el verdadero significado del dinero delante de los niños; de modo que se transformen en futuros adultos responsables de su economía. Por tanto, resulta ineludible educarlos a ese respecto.
¿Qué transmitirles a los pequeños? Este es un tema tabú para algunos y conviene establecer, de entrada, que el mismo carece de moralidad. Como ilustración, el catolicismo considera que es condenable lucrarse u obtener demasiado de él. Si bien, no es intrínsecamente bueno ni malo, se trata de una herramienta.
Es fundamental informarles a los hijos acerca del valor de los bienes y de lo que en realidad cuesta conseguirlos. Y no debes sentir culpa, si les niegas algo que desean pero no necesitan y que afecta el presupuesto familiar.
Cuando tu hijo te pida el juguete que está de moda tienes la ocasión perfecta para hacerle ver que debe ganárselo. No quiere decir que sea inmerecido, sino que por el contrario esto forjará su carácter y así aprenderá que el dinero no crece en los árboles, encontrarlo requiere un esfuerzo.
Ciertos padres se sienten héroes por darles a sus niños todo lo que piden y eso es un error. Al comunicarles el valor de las cosas se les crea un sentido de la responsabilidad. Y esto puede ayudarles a ser organizados y constantes a la hora de lograr metas más adelante.
Adicionalmente, el aprendizaje en los pequeños se establece con el ejemplo que los adultos a su alrededor, en especial el que sus padres les transmiten. También puedes involucrar un vocabulario financiero sencillo que les ayude a entender al mundo monetario con juegos.
Explícales que al mantener la luz encendida están malgastando los recursos o inventa un juego en el que cada vez que lo hagan reciben una sanción. Transfórmalo en un acto simbólico donde el pequeño entienda lo que sucede al malbaratar.
La mayoría de la información trasmitida a los niños en las primeras etapas de la vida definirá su comportamiento a futuro. Por esa razón, nunca es exageradamente temprano para enseñarles la relevancia del dinero y su costo.