La reputación es uno de los mayores activos de una empresa. Es la razón por la que los clientes se acercan o se alejan de ella. Si es buena, ellos sentirán confianza en adquirir sus productos y servicios, y si es mala no solo se sentirán interesados, sino que advertirán a otros para que no los usen. Así de importante es cuidarla.
Vivimos en la era donde la tecnología marca la pauta. En vista de ello es impensable que un elemento comercial tan relevante como lo es la reputación esté desligado de ella. En este sentido, si se hace uso de las redes sociales, páginas web y correo electrónico como espacios para poner en práctica estrategias publicitarias, es natural que estos también sean ámbitos en los que los clientes interactúen sobre sus experiencias en cuanto a una determinada empresa.
A tener en cuenta
Ante esta realidad, existen empresas que evitan involucrarse en entornos en donde puedan exponerse a las críticas que afecten su reputación. Sin embargo, aunque esto podría ayudarles a evitar que los usuarios tengan una mala impresión sobre ellas, no contribuye a que se interesen por sus servicios. De hecho, cuando las personas no consiguen suficiente información acerca de un negocio, no sienten confianza y lo desechan como alternativa.
Pensar que no habrá una sola persona que comparta una mala experiencia es utópico. Por tanto, no se trata de evitar que se hable de tu negocio en lo absoluto, sino de procurar que la criticas positivas sean notablemente superiores a las negativas. Aunque hagas todo bien, nunca faltarán quienes busquen tus defectos. A ello, debes sumarle las estrategias de desprestigio que pone en práctica la competencia. Esto deberás tenerlo en cuenta al plantear las técnicas de gestión de tu reputación online.
Una buena reputación online no solo te ayudará a llamar la atención de más clientes por el efecto atrayente del prestigio. En internet, esta te servirá para tener mayor autoridad e influir en los resultados de los motores de búsqueda, repercutiendo directamente en el tráfico que esta recibe.
De modo que, es indispensable que establezcas una estrategia eficaz para gestionar tu reputación online y además, emplees los recursos más eficientes para su control. Si bien esto depende mayoritariamente de los usuarios, con las herramientas adecuadas, podrás aplicar medidas y correctivos oportunos para mantener tu prestigio online.