En los momentos más difíciles de nuestra vida, es fácil
sentir que las circunstancias nos sobrepasan y que hemos perdido el control
sobre lo que nos rodea. Es allí precisamente cuando llega el estrés, esa
desagradable emoción que nos impide enfocarnos, dormir bien y que puede,
incluso, causar diversas aflicciones como úlceras en caso de ser constante.
Sin embargo, para sentirnos mejor y ser capaces de seguir
cumpliendo con nuestros deberes, tenemos que saber cómo
sobrellevar el estrés. Esto comienza por entender que, aunque no
podamos alterar las circunstancias externas, sí que podemos cambiar lo que
hacemos al respecto de ellas y nuestras propias emociones.
¿Qué acciones debemos
tomar? Una guía práctica
- Reconocer nuestras emociones. Si es necesario,
estemos a solas por un tiempo para enfrentar lo que sentimos. Llorar cuando se
está triste o gritar por la molestia permitirá que las drenemos, mientras que
reprimirlas hará que surjan después con más fuerza. - Hacer una lista de nuestros sueños e inspiraciones.
Un cuaderno con fotografías puede ayudarnos si nos sentimos sobrecargados, ya
que renovará nuestra motivación y compromiso. - Identificar nuestra zona de influencia. No
podemos alterar los factores externos, pero la forma en la que reaccionemos
hará una diferencia en nuestra vida. Al controlarlos a nosotros mismo y lo que
ello involucra (actitud, responsabilidades, conocimientos y hábitos) disminuirá
la carga emocional de impotencia y frustración. - Evaluar la situación objetivamente. Hay tres
preguntas claves que debemos hacernos: ¿qué está ocurriendo? ¿cómo afecta ello
a mis responsabilidades dentro de mi zona de control? ¿y qué acciones puedo
realizar para solventarlas? - Actuar. Para ello, debemos olvidar todo lo que
no podemos resolver y enfocar nuestras energías en lo que sí está bajo nuestro
control. De dicha forma, el tener la mente enfrascada totalmente a una labor
evitará que pensemos excesivamente, una causa del estrés. - Leer o escuchar material de inspiración y capacitación.
Así, iremos puliendo nuestras habilidades y consiguiendo energía, en vez de
enfocarnos en el ambiente.
En general, estos pasos serán suficiente, pero si ya hemos
hecho todo lo que está en nuestro control y la situación no ha cambiado, ayudar
a los demás es una forma excelente de dejar a un lado a nuestros problemas y
sentirnos mejor. Sin importar que sean acciones grandes o pequeñas, sin duda
conseguirán calmar el estrés.