Un dicho popular antiguo establece que la mercancía a menos que sea exhibida, no se vende. En la actualidad podríamos extenderlo y decir, que un negocio que no está en Internet o no aparece en los primeros lugares de los motores de búsqueda es como si no existiera. De tal modo que, esta es la única manera de disfrutar de visibilidad hoy en día.
Por eso, es importante que los contenidos publicados en las plataformas del ciberespacio estén orientados hacia el SEO (Search Engine Optimization, por sus siglas en inglés). Y los equipos de marketing digital se enfrentan al gran reto de conseguir las palabras claves (PPCC) o keywords más buscadas por los usuarios que les permitan lograr el mejor posicionamiento web.
Dado que todos los negocios e instituciones desean lo mismo, la competencia es feroz y los mecanismos de búsqueda se vuelven más complejos y sofisticados. Con esta finalidad, los algoritmos son transformados frecuentemente; también, se persigue la idea de proporcionarle al usuario, cada vez, una experiencia mejor y más humana.
La relevancia del posicionamiento SEO para un negocio
Los usuarios de Internet son, en términos generales, gente ocupada y apurada esto significa que jamás pasan a la segunda página de Google cuando hacen una búsqueda. ¿Qué pasa entonces con aquellas opciones localizadas en lugares relegados? Pierden la posibilidad de ser visitadas. Según estudios realizados, el 63% de los clicks corresponden a sitios ubicados en la pantalla inicial, entre las posiciones uno y tres.
Otro beneficio se asocia al mayor número de visitantes. Mientras más personas aparezcan en una web más posibilidades habrá de que aumente la cantidad de clientes que compran los productos o servicios que ofrece, esto se denomina conversión. Aunque el término, en general, se aplica a objetivos logrados, ya sean estos de venta, lectura de artículos de interés, compartición de información, relleno de formatos de contacto, etc.
Las exigencias de Google para mejorar el SEO de una web son altas y abarcan aspectos internos y externos. El primero (Onsite) se relaciona con lo que se hace a la página desde adentro, uso de PPCC, velocidad de carga, calidad de los contenidos, etc. El segundo es externo (Offsite) e incluye parámetros como número de enlaces a otros sitios, presencia en las redes sociales, etc.