La planificación constituye la base de todo y lograrla de una forma natural es la meta deseada. Así que a continuación te daremos uno de nuestros Gurú tips más valiosos y es el valor del tiempo y la planificación. Así que comienza con esta lista de etapas fáciles de alcanzar y recuerda que el hábito nace de la práctica; es decir, al repetirlas continuamente conseguirás crear la costumbre:
- Atiende todas las áreas de tu vida, sin dejar ninguna de lado. Parte del proceso de optimizar la gestión del tiempo es prestar atención a cada aspecto, aunque sepamos que no todos requieren la misma dedicación.
- Concéntrate en lo que haces. Si cuando realizas una actividad estás pensando en el inmenso inventario de aquellas que tienes pendientes, solo lograrás malgastar el tiempo, tardándote más de lo que razonablemente se pudiera considerar. Aquí también aplica el dicho de que calidad es superior a cantidad.
- No dejes que el fantasma de la procrastinación (“lo hago luego”) aparezca. Postergar las obligaciones sirve, exclusivamente, para generar una carga emocional que nos retrasa y disminuye nuestra eficiencia. Salir de esas tareas que no nos agradan libera y energiza, con lo cual haremos mejor las que sí nos gustan.
- Cuídate de los ladrones del tiempo. En este renglón incluiríamos a las interrupciones, la falta de claridad en las prioridades, la infravaloración de nuestras capacidades, la creencia según la cual tenemos que hacerlo todo por nosotros mismos, la toma apresurada de decisiones, el desorden, los imprevistos, la indisciplina y otros.
- Practica la proactividad. Si te anticipas a los eventos podrás tener el control de los mismos, en lugar de reaccionar a las cosas que te van sucediendo.
- El estrés impacta negativamente incluso a quienes creen que les agrada trabajar bajo presión. Este es un terrible factor que provoca desequilibrios en lo interno y lo externo, disminuyendo la salud y la eficacia. Laborar con pasión e intensidad es posible sin que sea necesario angustiarse ni desesperarse.
En realidad, aprovechar apropiadamente el tiempo resulta más simple si concientizamos nuestras áreas fuertes y débiles. Así, podemos enfocarnos en aquello que dominamos y delegar lo que menos nos gusta o nos cuesta un mayor esfuerzo. Unido a esto hay una cantidad de falsas creencias que afectan el enfoque que tenemos respecto al rendimiento.