Lo único realmente constante en nuestra vida es, para el disgusto de muchos, el cambio. En la época actual, particularmente, han comenzado una gran cantidad de cambios económicos, culturales y sociales que han sacudido todas nuestras creencias y rutinas.
Sin embargo, a pesar de que es fácil sentir estrés y angustia, estos momentos son ideales para reflexionar hacia dónde estamos yendo y a dónde queremos ir. Por ello, es crucial saber cómo mantenernos enfocados en momentos de crisis de manera que podamos seguir avanzando.
Estrategias para
enfocarnos: desarrollando nuestra inteligencia emocional
- Hacer una lista de las cosas que realmente nos
importan. Allí, también debemos dejar en claro cuáles son nuestros valores y
metas a corto, mediano y largo plazo. - Reconocer nuestras emociones. Cuando somos
capaces de saber si estamos tristes, estresados o enojados (ya sea por nuestros
pensamientos o reacciones físicas), podemos expresarlas. Esto nos permitirá
dejarlas ir y reenfocarnos. - Buscar material de apoyo que nos inspire y
eduque. El primero permitirá que mantengamos una actitud positiva y la visión
en nuestros objetivos, mientras que el segundo nos capacitará en los campos de
nuestro interés y nos preparará para cualquier contratiempo. - Determinar si los eventos que están ocurriendo
están dentro de nuestra zona de control. Si es así, evalúa las posibles
acciones, escoge la más indicada según tus criterios (ya antes escritos) y
procede a realizarla. Pero de no serlo, déjalo ir y vuelve a enfocarte en las
cosas que te importan y en las que puedes influir. - Utilizar tu creatividad e inventiva. Al utilizar
estos recursos, sabremos reconocer y aprovechar las oportunidades que se
presenten junto con los problemas. Esto requerirá que tengamos la mente abierta
a diferentes puntos de vista y que no nos apeguemos emocionalmente a las
circunstancias. - Evitar concentrarse en las circunstancias
negativas. Aunque puede ser difícil controlar nuestros pensamientos,
esforzarnos en escuchar nuestro diálogo interno y redirigirlo a nuestros
objetivos nos mantendrá cuerdos e incrementará el enfoque.
La realidad es que, sin importar que tan duras sean las
circunstancias que estemos aprovechando, siempre podremos dirigir nuestra
atención al propósito que tenemos y las diversas metas que queramos alcanzar.
Aunque involucrará hacer cambios en nuestros hábitos y aprender a adaptarnos, seremos capaces de sobrevivir la tormenta y llegar a puerto, si siempre mantenemos claro cuál es nuestro faro y que tenemos los recursos y capacidad de enfrentar todo lo que venga y más.