La sana administración de las finanzas personales viene a ser como el lubricante del vehículo, que hace que las partes móviles funcionen sin fricción y no se destruyan a pesar del fuerte uso al que son sometidas. Se trata de una herramienta que permite que la cotidianidad se desarrolle en forma armónica, independientemente de las vicisitudes a las que nos veamos expuestos.
Hoy se define la riqueza como la cantidad de tiempo que podríamos mantener nuestro estilo de vida sin generar ingresos, contando solo con los recursos que poseemos. Esto incluye diferentes parámetros (activos, pasivos, etc.).
Una actividad a la que deberíamos dar prioridad, en lo que respecta al uso del dinero es el ahorro. Apartar una porción de los ingresos desde el momento que los recibimos es un consejo que no se debe ignorar. Esta cantidad podría canalizarse hacia inversiones que generan capital o para alcanzar metas a mediano plazo, nunca como solución a una emergencia o gasto imprevisto.
Invertir tendría que convertirse en una oportunidad de aprendizaje de manera que a lo largo del tiempo podamos colocar el capital en negocios, empresas u objetivos que lo hagan trabajar para nosotros, mientras nos dedicamos a otras cosas.
La vida no nos garantiza nada, la buena salud puede fallar, las actividades económicas que realizamos para nuestro sostén podrían agotarse y ponernos en un aprieto. Sin embargo, sí hemos invertido y triunfado, podemos recuperarnos con más facilidad.
En este sentido, conviene adquirir seguros para nosotros y nuestras propiedades que sirvan de soporte y que suavicen o minimicen el impacto de las situaciones fuera de control que se presenten. Pólizas de vida, de vehículos, de maternidad, etc., siempre nos ayudaran a ganar mas holgadamente esas batallas.
Controlar los gastos, saber a dónde se dirige nuestro dinero y quien se lo lleva es esencial. Los ingresos en general son limitados, pero cuidemos de no dar rienda suelta a los egresos, adquiriendo todo aquello que se nos antoja.
Tantas medidas de presión para el control de los recursos no debería impedirnos disfrutar del tiempo libre con las personas que amamos y darnos así, la oportunidad de satisfacer también ciertos gustos. Sabiendo, no obstante, hasta donde llegar sin comprometer el futuro.