En la antigüedad se hablaba de inteligencia como una facultad mental que permitía aprender de cualquier materia con facilidad y entender todo lo leído o escuchado rápidamente. Hoy en día, se reconocen diversos tipos, por ejemplo, lingüística o habilidad de comunicarse en diferentes idiomas; lógico-matemática que simplifica los conceptos relacionados con esta ciencia; musical, cinestésica, etc.
Aquel talento que lleva a ver posibilidades de éxito en un negocio o a identificar oportunidades de ganar dinero ocultas para otros, se denomina inteligencia financiera. Y si se tiene la suerte de poseerla combinada con la emocional, que confiere autocontrol más empatía y la interpersonal, que permite manejar adecuadamente las relaciones con los demás, sin duda la factibilidad de triunfo será muy real.
La buena noticia es que una vez identificada la carencia es posible desarrollar intencionalmente estas capacidades. Y debido a que no se enseñan en los centros educativos hay que emplear otras estrategias para aprender a gestionar el capital, efectuar inversiones fructíferas y gastar con sabiduría, incluyendo el control de las emociones y el ganar amigos e influir sobre sus decisiones.
Ventajas de hacerse inteligente desde el punto de vista financiero
Un buen número de nuestros problemas económicos no son causados por la inflación, la mala política del gobierno o cualquiera entidad externa; sino que vienen como consecuencia directa de carecer de una sana actitud hacia el dinero y no haber aprendido a usarlo apropiadamente. Por esto, nos embarcamos en una lucha estresante por poseer más cosas, sin dominar el principio básico de que es imposible gastar lo que no se tiene.
Si gastamos sin control y nos endeudamos viviendo de las apariencias, jamás alcanzaremos la libertad financiera; es decir, lograr que el dinero trabaje para nosotros mientras nos dedicamos a realizar actividades interesantes y agradables. Los grandes millonarios del mundo, al menos los que hacen fortuna por esfuerzo propio, no actúan de esa forma.
¿Quieres salir de las deudas? ¿Tener holgura económica y de tiempo? ¿Vivir con tranquilidad? Desarrolla tu inteligencia financiera y sus hermanas, la emocional y la interpersonal. El primer paso para lograrlo es leer sobre el tema. Existe mucha literatura en Internet, autobiografías de empresarios exitosos y hasta audiolibros que te guiarán en el proceso de controlar mejor tu economía.